18 agosto, 2015

Ciudades de Papel, John Green

Ciudades de Papel
(Paper Towns)
Autor: John Green.
Editorial: Nube de Tinta.
Libro autoconclusivo.
***
En su último año de instituto, Quentin no ha aprobado ni en popularidad ni en asuntos del corazón... Pero todo cambia cuando su vecina, la legendaria, inalcanzable y enigmática Margo Roth Spiegelman, se presenta en mitad de la noche para proponerle que le acompañe en un plan de venganza inaudito.
Después de una intensa noche que reaviva el vínculo de una infancia compartida y parece sellar un nuevo destino para ambos, Margo desaparece dejando tras de sí un extraño cerco de pistas.
***


EL LIBRO
Ciudades de Papel nos presenta la vida de Quentin "Q": alumno del último curso del instituto con un perfecto plan sobre su futuro (universidad, casa, mujer, hijos, coche y perro). Quentin vive en frente de la afamada Margo Roth Spiegelman, conocida por sus escapadas a distintas partes del país y las pistas que deja atrás sobre el lugar al que se dirige.
Una noche, Margo pide ayuda a su vecino de toda la vida para su venganza, tras la cual, desaparecerá. No sin antes dejar algunas que otras pistas...
Toda esa gente de papel que vive en sus casas de papel y quema el futuro para calentarse.
OPINIÓN
Esta novela se me presentaba tras el éxito de la conocida Bajo la Mismo Estrella y, al ver que las otras novelas de John Green no habían resultado tan conocidas anteriormente, tuve algún prejuicio acerca de esta novela. 
La historia comienza con nuestros protagonistas disfrutando de su infancia, cuando en el parque se encuentran con un hombre muerto. A partir de ese momento, los misterios comienzan a embargar a Margo: mientras que Q decide dejarlo pasar, ella investiga la muerte descubriendo nombre, situación sentimental, estado de ánimo... Este inicio me pareció simplemente sorprendente.
Tras muchos años, Q se ha convertido en el geek con pocos amigos, mientras que Margo es ahora la chica más popular, a la par que misteriosa.
Pero esa imagen que se tiene de Margo no es más que eso: una imagen. Y de eso trata el libro.
Qué engañoso creer que una persona es algo más que una persona.
El mensaje principal del libro queda claro: una persona no es más que una persona, por mucho que nos empeñemos en idealizarla. Y este mensaje no lo he visto mucho, por no decir nunca, en la literatura. Y me parece importante.
 La novela se divide en tres partes (los hilos, la hierba y el recipiente), haciendo referencia al poema de Walt Whitman en el que se centra una de las pistas de Margo.
La primera parte se convierte en la más alocada "improvisada" debido al plan de venganza que Margo lleva a cabo junto a Quentin casi sin avisar. Estas primeras 100 páginas se leen en un abrir y cerrar de ojos.
En la segunda parte se desarrolla la desaparición de nuestra protagonista y, en mi opinión, además de la parte más extensa del libro también resulta la más aburrida. En ocasiones parece que el acertijo no tiene solución, pero Q sigue buscando en los mismos sitios. Lo cual está bien, pero para un rato.
La última parte es la más entretenida ¿por qué? Porque es un road trip en toda regla. Personalmente, una de las que más disfruté.
Quería detener la meada, pero no podía, claro. Mear es como un buen libro: cuando empiezas, es muy muy difícil parar.
Luego llega mi problema: el final.
Margo nos afirma que ella no pretendía ser encontrada. Pero oye, dejó unas cuantas de pistas. He de decir que esto a mí no me cuadró. Finalmente descubrimos un toque humano en Margo visto mínimamente al principio de la novela, y lo cual agradezco. En las últimas páginas podemos ver la verdad: Margo no es más que una persona.
Aun así, a este libro le faltan algunas páginas. Me decepcionó que terminara donde terminó. Aunque, en cierto modo, cierra la historia que el autor, del que soy fan, pretendía escribir.

  • En definitiva, otro libro de John Green lleno de frases para poner de estado en vuestro facebook y con el que pasar un buen rato, pero tampoco una maravilla.  Eso sí, se lo recomendaría a muchas personas por el mensaje que se transmite.

Sí, la veo casi a la perfección en esta agrietada oscuridad.

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